lunes, 6 de junio de 2016

¿Por qué rechazamos a los extrangeros?

1. Historia:
Los Angeles, California. Familia de M"NICA GONZÁLEZ
Mónica González vive en Los Angeles desde hace 17 años. Recuerda muy bien la primera vez que escuchó hablar del Día del Pavo. “Yo llegué indocumentada cruzando la frontera en un mes de octubre. En el edificio donde comencé a vivir unos vecinos me invitaron a la cena de Acción de Gracias, y me explicaron que era una celebración de este país en la que se acostumbra a cenar en familia y dar gracias a Dios por las cosas buenas del año. Me gustó mucho”, dijo.
Natural del estado de Veracruz, fue criada por su abuelita. Cuando siendo aún muy joven se convirtió en madre soltera, vió en la migración a los Estados Unidos la única esperanza de progreso para ella y su hija. “Dejé a la niña con mi abuela y me lancé al cruce, siempre con la idea de regresar un día por ella, y así fue”.
Después de conocer a su actual pareja, en Los Angeles, y nacer su primer hijo estadounidense, Mónica volvió a Veracruz por su hija. “Me lancé de vuelta y me llevé conmigo al más pequeño”. Esta vez fue un viaje mucho más caro. Pero la buena suerte la ha acompañado todos estos años, y a pesar de su falta de documentos, nunca tuvo problemas con las autoridades.
En la actualidad su hija es beneficiaria de DACA, y ella es vendedora ambulante. Tiene dos hijos nacidos en Los Angeles y sabe que, a pesar de las necesidades económicas, este día de Acción de Gracias, tanto ella como su esposo, podrán celebrar en familia, unidos, sin el temor de que la policía los pare, y sin el peso de una posible deportación sobre sus espaldas.
2. Grecia, por ejemplo
3.  No creo que sea un problema, simplemente gente que quiere salvar sus vidas y que tienen derecho a hacerlo.

4. No lo veo nada bien, porque estas personas tienen el mismo derecho a vivir que el resto del mundo.

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